Las cápsulas son una de las formas más comunes y convenientes de presentación en productos nutricionales, suplementos y algunos tratamientos específicos. Están diseñadas para facilitar la administración de principios activos, garantizando una dosificación precisa, una buena absorción y, en muchos casos, una mejor tolerancia digestiva.
Pueden contener ingredientes en polvo, líquidos o granulados, y están recubiertas con una envoltura —generalmente de gelatina o materiales vegetales— que protege el contenido hasta llegar al estómago o intestino, donde se libera gradualmente.
Entre los usos más comunes de las cápsulas se encuentran:
- Suplementos vitamínicos y minerales
- Probióticos
- Extractos de plantas y aceites esenciales
- Complementos para el sistema inmune, digestivo o articular
Una de las principales ventajas del formato cápsula es su fácil ingesta, especialmente para quienes tienen dificultades para tragar comprimidos grandes. Además, muchas de ellas están diseñadas para ser liberadas de forma prolongada, lo que favorece una acción sostenida durante el día.
Para un uso eficaz, es importante seguir siempre las instrucciones de administración, respetar las dosis recomendadas y conservar el producto en un lugar fresco y seco.